sábado, 9 de agosto de 2008

El Oro Negro y la conquista de Iraq

Jamás el precio del petróleo ha llegado a los niveles de estos últimos tiempos. Una pregunta legítima se impone, ¿por qué estamos delante de este fenómeno casi incomprensible? ¿Por qué el precio del oro negro ha aumentado y sigue aumentando sin freno?

Muchas respuestas se pueden dar, entre otras podemos avanzar:

El sobre consumo mundial de la energía, sobre todo de los nuevos países industrializados en el sur de Asia, China y Latinoamérica.

Una subproducción de países productores del petróleo, en comparación con la demanda mundial.

Una bajada de las reservas del primer consumidor mundial de energía: EE UU.

Un casi monopolio impuesto por parte de las compañías de la producción y de la distribución de esta materia prima tan preciosa.

Los conflictos que perduran en Oriente Medio y en el Golfo.

Claro que cada una de estas hipótesis tiene una parte de responsabilidad, más o menos grande en el fenómeno contrastado.

Sin embargo, seguramente hay otros argumentos que predominan y explican este fenómeno. Esos argumentos son asimilados a través de una lectura de los eventos en la región del golfo especialmente después de la conquista de Iraq.

En efecto, después de haber puesto sus garras en los países más importantes de la producción de petróleo, como consecuencia de la última guerra del golfo en 2003, los Estados Unidos han tomado casi el monopolio del mundo en esa producción. Así que sus capacidades de influir en el mercado internacional y los precios se han vuelto casi totales.

Resultado, los precios del petróleo han subido casi continuamente y han batido muchos record.

Naturalmente un buen ingreso económico da a este país la posibilidad de amortizar los gastos militares en el Golfo.

También, de paso, vuelve a su calidad de primer país consumidor, y el primer país productor.

Otra razón, indirecta y política, reside en los petrodólares que benefician a los países de la región del Golfo y que dan una cierta estabilidad a la presencia estadounidense por más tiempo en esta región.

Habiendo dicho esto, la víctima primera de la situación es el pueblo iraquí, que esperaba mejorar sus condiciones, pero se encuentra en un pantano de fuego y sangre.

Por esta situación nadie puede predecir hasta cuando va a durar la paciencia de Iraq y la del mundo libre y su silencio.

Othmane Laazuozi C1

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