El término desarrollo sostenible, sustentable o perdurable se aplica al desarrollo socio-económico y fue formalizado por primera vez en el documento conocido como Informe
Brundtland (1987), fruto de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada en Asamblea de las Naciones Unidas en 1983.
Dicha definición se asumiría en el Principio 3.º de la Declaración de Río (1992): Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades.
Varios textos de las Naciones Unidas se refieren a los tres componentes del desarrollo sostenible, que son el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente, como "pilares interdependientes que se refuerzan mutuamente".
La forma de pensar que dio lugar a la Revolución Industrial del siglo XIX introdujo criterios esencialmente de crecimiento económico. Estos criterios se remontan a la década de 1930. Las correcciones se hicieron en la segunda mitad del siglo XIX en el ámbito social, con la aparición de las organizaciones sin ánimo de lucro y el sindicalismo. El término "económico y social" forma parte del vocabulario. En los años 1970 la prosperidad se basa en el uso intensivo de recursos naturales finitos, y que, por consiguiente, además de las cuestiones económicas y sociales, un tercer aspecto estaba descuidado: el medio ambiente.
Condiciones para el desarrollo sostenible
Lucha contra la pobreza
Para que una estrategia pueda hacer frente simultáneamente a los problemas de la
pobreza, el desarrollo y el medio ambiente, debe comenzar por centrarse en la producción de recursos y en la población y abarcar cuestiones demográficas, el mejoramiento de los servicios de salud y de educación, los derechos de la mujer y la función de los jóvenes, de las poblaciones indígenas y de las comunidades locales.
Evolución de las modalidades de producción y de consumo
La transformación de las modalidades de consumo exigir una estrategia de objetivos múltiples centrada en la demanda, la satisfacción de las necesidades básicas de los pobres y la reducción de la dilapidación y del uso de recursos finitos en el proceso de producción.
Protección de la atmósfera y de la capa de ozono y adaptación al cambio climatico
Varios acuerdos internacionales fueron rectificado in este dirección como el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono de 1985, el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono de 1987, en su forma enmendada, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, de 1992.
Lucha contra la deforestación
Aumento de la protección, ordenación sostenible y conservación de todos los bosques y aumento de la cubierta vegetal en las tierras degradadas, mediante la rehabilitación, la forestación la reforestación y otras técnicas de restauración.
Lucha contra la desertificación y la sequía
La desertificación es la degradación de los suelos de zonas áridas, semiáridas y semihúmedas secas resultante de diversos factores, entre ellos las variaciones climáticas y las actividades humanas. Los efectos más visibles de la desertificación, aparte de la pobreza generalizada, son la degradación de los suelos, la pérdida de fertilidad de los suelos y la degradación de su estructura en las tierras secas y la degradación de las tierras de cultivo de regadío en tierras secas con una gran densidad de población y un gran potencial agrícola.
Conservación de la diversidad biológica
Los bienes y los servicios esenciales de nuestro planeta dependen de la variedad y la variabilidad de los genes, las especies, las poblaciones y los ecosistemas. Los ecosistemas naturales de los bosques, los desiertos, los lagos y los mares contienen la mayor parte de la biodiversidad de la Tierra. Las tierras de los agricultores y los jardines son también de gran importancia como reservas. El actual empobrecimiento de la biodiversidad es en gran parte resultado de la actividad humana y constituye una grave amenaza para el desarrollo humano.
Gestión ecológicamente racional de la biotecnología
La biotecnología es un conjunto de técnicas que permiten lograr cambios concretos introducidos por el hombre en el material genético de plantas, animales y sistemas microbianos, hasta lograr productos y tecnologías útiles.
Ciencia, tecnología y su transferencia
Los científicos comprenden mejor ahora las posibles tendencias en esferas como el cambio climático, el aumento de la tasa de consumo de recursos, las tendencias demográficas y la degradación del medio ambiente. Eso es indispensable para calcular en forma más exacta la capacidad de sustentación del planeta y sus posibilidades de recuperación frente a las numerosas tensiones a que lo someten las actividades humanas. Los encargados de adoptar decisiones deberían establecer el marco necesario para realizar investigaciones rigurosas y para la comunicación de las conclusiones a que llegase la comunidad científica y tecnológica.
La situación en Marruecos
Marruecos tiene todas las razones para jugarse a la colocación de una política de desarrollo sostenible. La degradación del medio ambiente perjudica sobre todo a las categorías más vulnerables de la sociedad. Ella cuesta tan muy caro, mientras que el país necesita de toses triunfos para ganar la batalla comprometida contra la pobreza. Los siguientes son adoptados:
La Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano (INDH)
La Política Nacional en Materia de Medio Ambiente y de Desarrollo Sostenible
La Estrategia Nacional de Desarrollo Sostenible
Un Establecimiento universitario especializado en el desarrollo sostenible
El Precio Nacional del Desarrollo Sostenible de la Asociación Ribat Al Fath
Conclusión
La justificación del desarrollo sostenible proviene tanto del hecho de tener unos recursos naturales limitados, susceptibles de agotarse, como del hecho de que una creciente actividad económica sin más criterio que el económico produce graves problemas medioambientales que pueden llegar a ser irreversibles. La capacidad de un país de lograr un desarrollo sostenible depende en gran medida de la capacidad de su población y sus instituciones, así como de sus condiciones ecológicas y geográficas. El aumento de la capacidad endógena de lograr un desarrollo sostenible exigirá un esfuerzo por parte de los propios países en cooperación con las organizaciones pertinentes del sistema de las Naciones Unidas y con los países desarrollados. La comunidad internacional, en los planos nacional, subregional y regional, así como de las municipalidades, las organizaciones no gubernamentales, las universidades y centros de investigación y las empresas y otras instituciones y organizaciones privadas, también podría prestar asistencia en este empeño.
Ahmed Douaik C1